
Con los dedos entumecidos, Gague despertó en medio de un bosque helado. Su respirar se volvía vahio en el ambiente, a duras penas podía sentir su rostro y sus extremidades ya no le respondían. Le costaba hasta tragar saliva, y sus ojos parecían descolocado, sin poder fijar la vista ha ningún sitio salvo a las raíces del árbol dónde se encontraba encasillado. Haciendo un esfuerzo sobre humano, consiguió incorporarse entre las gruesas raíces, encontrando frente a él la figura de un lobo blanco y gris que gruñendo le mostraba sus colmillos afilados. Gague le miraba fijamente con los ojos desencajados, mientras el lobo le clavaba esos ojos azules tan fríos y desafiantes como estalactitas en el corazón, sin saber bien como reaccionar pues sabía de antemano que cualquier amago de luchar con aquel animal salvaje lo tenía más que perdido.
(Texto: Angel's Duzzling - Tabula Rasa. Imagen: Dibujo Propio Gague Versus Lobo)
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